CIUDAD DEL VATICANO, jueves 3 de febrero de 2011 (ZENIT.-org).- Benedicto XVI alentó este jueves la obra de evangelización que realiza la Comunidad del Emmanuel, una de las nuevas realidades eclesiales surgidas en Francia, de mayor crecimiento en todo el mundo.
El pontífice acogió a los miembros de esta asociación pública internacional de fieles de derecho pontificio, fundada en 1972 a partir de corrientes de la renovación carismática, cuya espiritualidad se centra en la adoración eucarística, la compasión y la evangelización, para recordar los veinte años del fallecimiento de su fundador Pierre Goursat (1914-1991), cuya causa de beatificación está en curso.
Un nuevo carisma
"¡Que el ejemplo de su vida de fe y el de su compromiso misionero os estimulen y sean para vosotros un llamamiento constante a caminar hacia la santidad!", dijo el pontífice a los miembros de la Comunidad, entre los que se encontraban además de los laicos y sacerdotes que la conforman, junto a varios obispos que han encontrado en este carisma su propia vocación.
Veinte años después del reconocimiento de los estatutos de la Comunidad por parte del Consejo Pontificio para los Laicos, el Papa aseguró: "¡Con vosotros doy gracias a Dios por esta obra!"
Recordando que "la gracia profunda de vuestra Comunidad procede de la adoración eucarística", aclaró que "de esta adoración nace la compasión por todos los hombres y de esta compasión nace la sed de evangelizar".
"No podemos guardar para nosotros el amor que celebramos en el Sacramento" de la Eucaristía, subrayó. "Éste exige por su naturaleza que sea comunicado a todos. Lo que el mundo necesita es el amor de Dios, encontrar a Cristo y creer en Él".
"En un mundo con frecuencia desorientado y en búsqueda de nuevas razones para vivir, hay que llevar a todos la luz de Cristo --insistió Benedicto XVI--. ¡Sed en medio de los hombres y mujeres de hoy ardientes misioneros del Evangelio, apoyados por una vida radicalmente anclada en Cristo!".
Dos consejos
El Papa dejó dos consejos a los miembros de la Comunidad. Ante todo, les alentó a vivir la comunión entre ellos, cada uno según su estado de vida. "La comunión fraterna es ya un anuncio del mundo nuevo que Cristo vino a instaurar", aclaró.
En segundo lugar, recordó que "cada carisma está en relación con el crecimiento de todo el Cuerpo de Cristo", motivo por el cual les invitó a vivir una "preocupación permanente de acuerdo y de colaboración con los pastores, bajo la autoridad del obispo".
Según el Papa, "el reconocimiento mutuo de la diversidad de vocaciones en la Iglesia y de su contribución indispensable a la evangelización es un signo elocuente de la unidad de los discípulos de Cristo y de la credibilidad de su testimonio".
La Comunidad cuenta con unos nueve mil miembros en 57 países, la mitad en Francia. Comprende diferentes estados de vida (célibes, matrimonios, 220 sacerdotes, 115 seminaristas, 180 consagrados en el celibato).
Entre los pastores que han encontrado su vocación en este carisma se encuentran Albert-Marie de Monléon, dominico, obispo de Meaux, Dominique Rey, obispo de Fréjus-Toulon, Guy de Kérimel, obispo de Grenoble, Yves Le Saux, obispo de Le Mans, Jean Laffitte, obispo, secretario del Consejo Pontificio para la Familia, y Jacques Benoit-Gonnin, obispo de Beauvais.
La Comunidad del Emmanuel es dirigida por un Consejo Internacional que escoge al moderador, responsable de la comunidad, que siempre ha sido un laico.
Más información en http://www.emmanuel.info
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