El proceso de reforma de los Legionarios de Cristo está dando sus frutos, aunque para algunos demasiado lentamente. El secretario general de la congregación, Evaristo Sada, dejará su puesto en otoño próximo. Ya está decidido. Así lo confirmó el director general Álvaro Corcuera en una carta interna del 31 de enero pasado. Su salida será “digna”, no será una cabeza que rode ni un chivo expiatorio del caso Maciel aunque, en el fondo, su marcha forma parte inevitable recambio de la cúpula.
La misiva tiene el protocolo D.G. 450-2011/1 y está dirigida tanto a los legionarios como a los miembros consagrados del Regnum Christi. A continuación sus dos escuetos párrafos:
“Por medio de la presente les comunico que al cumplirse el sexenio para el que fue nombrado el P. Evaristo Sada, L.C., en enero de 2005, he considerado oportuno pedirle, previo consentimiento del Consejo, que continúe desarrollando este oficio hasta el nombramiento del nuevo secretario general, previsto para otoño próximo. A partir de entonces, el P. Evaristo colaborará en la promoción de las ‘escuelas de oración’ entre legionarios y miembros del Regnum Christi, formando parte del Equipo técnico de consultoría”.
“Agradezco de todo corazón al P. Evaristo el amor y la abnegación con que sirve a la Legión de Cristo y al Movimiento Regnum Christi en el desempeño de sus responsabilidades”.
Ni una línea más. La carta se distribuyó con copia al delegado pontificio Velasio De Paolis. En las últimas semanas ha circulado el rumor en los ambientes legionarios de Roma que el cardenal habría pedido una salida rápida para Sada y que la cúpula se habría resistido. Fuentes confiables aseguraron a Sacro&Profano que esa lectura de la situación es inexacta. Al parecer Corcuera y compañía habían previsto una salida para Sada pero fue el mismo De Paolis quien no quiso acelerar los tiempos y permitió la permanencia del secretario hasta el próximo otoño.
De todas maneras se mantiene la interrogante sobre por qué los superiores no habían considerado ya desde el año pasado que vencía el sexenio para el cual Sada había sido elegido en 2005 y que, por tanto, debían buscar con tiempo un sucesor. Si lo hubieran hecho a estas horas ya habría una nuevo secretario general y los rumores no existirían.
En este caso Velasio De Paolis ha cumplido con su palabra. El 3 de enero pasado en Roma, durante una conferencia abierta con todos los legionarios que residen en la capital italiana, el delegado fue muy claro en afirmar que en la congregación los puestos no son eternos y que la rotación de personal es obligatoria. Dijo además que los superiores deben serlo sólo por un tiempo y después regresar a ser súbditos, por una cuestión de sanidad espiritual.
Es bien sabido que Maciel movía superiores de aquí para allá, de país a país, manteniendo siempre a los mismos en los puestos de poder, sobre todo si eran sus incondicionales. Ahora las cosas deben ser distintas, por justicia. La salida de escena de Evaristo Sada es un hecho; ahoraserá clave saber cómo y cuándo se elegirá a quien ocupe su puesto.
En días pasados se supo también de la remoción del sacerdote Ignacio Oriol de la capellanía del Colegio Everest femenino de Madrid. Un gesto simbólico que algunos han interpretado como la demostración de la crisis de la Legión en España. Oficialmente aún no existe versión clara de por qué Oriol fue marginado de su puesto, aunque en Roma aseguran que se trató de una decisión suya.
Lo cierto es que de un correo electrónico enviado por él a sus amistades se deduce lo contrario. Que su salida se debió a un “deseo-indicación” del director territorial Jesús María Delgado. Voces “profanas” aseguran que se convirtió en un “personaje incómodo” para los superiores, entre ellos el vicario Luis Garza.
Es tierras españolas, pero también mexicanas, es bien sabido que hace no mucho Oriol fue llevado (no se sabe si con su consentimiento o no) a un hospital psiquiátrico de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, en el cual recibió no bien precisados tratamientos. El episodio no se ha aclarado y sobre el particular pocos hablan. Pero a nadie escapa que una de las estrategias de Marcial Maciel para “apaciguar” a sus críticos era mandarlos a clínicas donde hacerlos pasar por locos.
Por ahora Oriol sólo reveló que el próximo año “trabajará en la arquidiócesis de Madrid como legionario de Cristo”. No aclaró si dejará o no la Legión, aunque muchos lo dan por un hecho. Es importante recordar que ya su hermano Santiago dejó la institución en octubre pasado (reportamos de eso aquí) y que otro de sus hermanos, Juan Pedro, se encuentra con problemas de conciencia (actualmente trabaja en México, entre Guadalajara y Querétaro).
De confirmarse la deserción de Ignacio no sería más que la confirmación de la grave crisis vivida al interior de los Legionarios de Cristo; una crisis que ha golpeado también al Regnum Christi.Decenas de sacerdotes, seminaristas y consagrados han dejado la obra en los últimos meses y la sangría continuará, mientras el recambio en la desprestigiada cúpula se antoja demasiado lento.
(InfoCatolica)
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